Una solución prometedora para sus residuos
Cuando termina el proceso de valorización de los materiales de un residuo, o cuando este no es ni reciclable ni asumido por los circuitos de recogida selectiva tradicionales, su transformación en energía (producción de electricidad, calor o combustible) se convierte en una solución beneficiosa para el medio ambiente, puesto que esa energía puede sustituir a las energías fósiles.
Existen diferentes técnicas:
- los tratamientos térmicos, como la incineración, la pirólisis o la gasificación,
- la valorización del biogás procedente de los residuos no peligrosos y de la metanización de los residuos alimentarios u orgánicos.
La valorización energética es un área de desarrollo importante para el grupo.
Stéphane Leterrier . Director General Adjunto de Paprec Group
Producimos energía a partir de sus residuos
Limitar su impacto ambiental es un reto de gran envergadura para las empresas y entidades locales, que deben cumplir los objetivos cada vez más ambiciosos establecidos por las políticas públicas. Para ayudarles a optimizar y reducir el almacenamiento de sus residuos, Paprec pone a su disposición varias soluciones que abarcan todos los métodos de valorización energética: desde la separación hasta la recogida de los flujos de residuos, pasando por el desenvasado, la agrupación por materiales y el transporte.
Incineración de los residuos con valorización energética
Desde su entrada en el capital de Inova Opérations, Paprec explota cuatro incineradoras denominadas plantas de valorización energética. Cada año, esas plantas tratan cerca de 220.000 toneladas de residuos domésticos. Con esos residuos se produce electricidad, vapor o agua caliente para alimentar redes de calor.
Captación y valorización del biogás en los vertederos
En ausencia de oxígeno, la fermentación de los residuos orgánicos procedentes de los residuos domésticos provoca una reacción que permite obtener biogás: la metanización. Ese biogás a continuación se aprovecha en motores, turbinas y calderas para producir electricidad y calor.
Metanización de los residuos orgánicos
Los residuos orgánicos generados por la agricultura, la industria agroalimentaria y la restauración colectiva también constituyen una importante fuente para la producción de metano. Ese compuesto químico a continuación se introduce en unidades de producción de biogás, que a su vez también se transforma y aprovecha en forma de electricidad o calor.
Producción de combustible sólido recuperado
La producción de combustible sólido recuperado, que se obtiene de los rechazos de la clasificación de residuos industriales asimilables a urbanos, de residuos de obras, de la separación de la recogida selectiva y de residuos voluminosos de puntos limpios, constituye un medio especialmente eficaz para reducir el volumen de residuos en los vertederos. Permite valorizar hasta un 98 % de los residuos domésticos o de los residuos industriales asimilables a urbanos.
¿Qué interés presenta la valorización energética de los residuos?
Es una opción de futuro para el planeta
Utilizar los residuos para producir energía significa transformar los residuos en una fuente de energía renovable. Por lo tanto, permite preservar los recursos naturales de la Tierra y reducir las emisiones de gases de efecto invernadero.
Es el futuro para las empresas y entidades locales
En Francia, el incremento anual del impuesto general sobre las actividades contaminantes (TGAP) hasta 2025, aplicable a los residuos depositados en vertederos o incinerados sin recuperación de energía, tiene como objetivo incitar a las empresas y entidades locales a optar por el reciclado y la valorización energética de los residuos. Esto significa que el compromiso de los operadores económicos y de las entidades locales en favor de los sistemas de valorización de residuos se ve recompensado por una reducción de sus cargas e impuestos.
Un futuro claramente recomendado por el Estado
Aunque la ley francesa relativa a la transición energética no impone la valorización energética, sus objetivos la convierten en una práctica cada vez más ineludible, como el objetivo para 2025 de reducir en un 50 % los residuos admitidos en los vertederos.