Pontenx-les-Forges: ¡la incineradora contribuye al crecimiento de los tomates!
En Pontenx-les-Forges, en la región francesa de las Landes, la unidad de valorización energética (UVE) de Tiru, filial de Paprec Energies, se utiliza directamente para suministrar energía renovable a un invernadero ecológico en el que se cultivan tomates.
«La unidad de valorización de energía proporciona el 80 % de la energía necesaria para calentar el invernadero de tomates»
Una producción de tomates en invernadero más respetuosa con el medio ambiente. Esto es lo que permite la valorización energética de los residuos en Pontenx-les-Forges (departamento de Landes). De hecho, el calor procedente de la combustión de residuos en la UVE (Unidad de Valorización Energética) proporciona el 80% de la energía necesaria para calentar el invernadero de tomates de Grands Lacs, situado a un kilómetro de distancia en Parentis-en-Born. El tratamiento de los residuos en la UVE produce vapor de agua, que abastece una red de calor subterránea. Esto equivale a 42 000MWh de energía», explica Alain Cribeillet, director de la planta de Pontenx-les-Forges. Sin olvidar que, al mismo tiempo, se generan 15 000 MWh de electricidad. »
Este proyecto es una colaboración entre Tiru, filial de Paprec Energies, y la cooperativa agrícola Tom d’Aqui, que explota este invernadero ecológico. Este trabajo conjunto ha contribuido a que la planta, propiedad del SIVOM du Born, triplique su producción de energía renovable desde 2015.
Un planteamiento ético para una producción de tomates más respetuosa con el medio ambiente
La planta gestiona 42 000 toneladas de residuos domésticos al año, recogidos de 35 000 habitantes de 16 municipios del norte de la región de las Landes. «El calor se recupera ahora por completo, lo que ha aumentado el rendimiento energético de la unidad de valorización energética (UVE) de Pontenx-les-Forges del 34 % al 80 %, a la vez que le proporciona al invernadero acceso a la energía renovable», afirma Éric Soules, presidente del SIVOM du Born. Este es un planteamiento realmente ético de la proximidad y la circularidad para el territorio. »
Gracias a este sistema, la temperatura del invernadero está controlada, lo que permite la producción de 7000 toneladas de tomates cada año. «El calor es esencial para limitar la humedad y prevenir las enfermedades en nuestro invernadero ecológico. Como el clima en los invernaderos es más estable, los pesticidas ya no son necesarios. Solo utilizamos insectos protectores para controlar de forma natural cualquier plaga», añade Toby Wright, director técnico del invernadero de Grands Lacs y cofundador de la cooperativa. Al utilizar esta fuente de energía para calentar el invernadero ecológico, minimizamos nuestro impacto de carbono, ¡que se reduce a 0,1 tonelada de CO2 por tonelada de tomates vendidos! », concluye.